domingo, 5 de enero de 2025

Unos que vienen, otros que se van

La historia puede resumirse en esta frase: Unos que vienen, otros que se van. Vamos a ver un caso en Colungo que lo ejemplifica.

Colungo

Antes de la guerra, la carretera acababa en Colungo. Tras la guerra se sube hasta Arcusa.

Mapa de carretera de 1932

Esto hace que donde estaba el Mesón de Colungo estuviera la cochera del coche de línea. Subiendo la carretera vemos cocheras que se construyeron en Bárcabo y Arcusa. En la foto vemos donde estaba situada la cochera.

Cochera del coche de línea en Colungo

En Colungo, había una gran familia con mucho patrimonio. Hoy su palacio está vendido y en ruinas. Al igual que sus tierras.

Palacio de los Calvo

En la guerra civil, Francisco Calvo Castán se tuvo que marchar y dejó las llaves a Pedro Domper Sampietro. Y a su vuelta las cogió manteniendo una gran amistad.

Nicho de Francisco Calvo Castán

El mausoleo de Casa Calvo se mantiene en pie, pero el tiempo lo va  deteriorando.

Panteón de los Calvo

El Mesón de Colungo lo gestiona Victoria Sampietro Grasa desde el año 1961.

Mesón de Colungo

Me cuenta una anécdota de Orantes, el tenista. Victoria había trabajado en casa de El Conde de Godó. En una ocasión le pregunta al Conde ¿a qué no sabe donde está Colungo?. Le contesta que por supuesto. Algún verano sabía que Orantes subían con su compañero de juego, Arilla, hasta Sarsa de Surta de donde eran su padres nacidos.

Arilla y Orantes

Actualmente en Colungo hay dos restaurantes de fama a lo que vale la pena subir a almorzar o comer y admirar sus paisajes.

Almuerzo

Vídeo explicativo.


Daniel Vallés Turmo, enero de 2025