domingo, 24 de agosto de 2025

Castillo de Viacamp en familia

Castillo de Viacamp en familia

El Castillo de Viacamp se alza en la Ribagorza oriental, en la provincia de Huesca. Esta fortaleza medieval del siglo XI formaba parte del sistema defensivo de la Reconquista y hoy es una de las mejores opciones para quienes buscan una excursión fácil con niños en Huesca. Gracias a su acceso corto y sencillo, se ha convertido en un plan ideal dentro de las rutas familiares por castillos medievales de la Ribagorza.

Su elemento más destacado es la torre circular, de más de 20 metros de altura y 11 de diámetro. La entrada original estaba situada a media altura, como medida de seguridad frente a los ataques enemigos. Hoy en día, unas escaleras metálicas permiten subir y sentir lo mismo que experimentaban los habitantes medievales.

Castillo de Viacamp: vista general y torre

Vista general desde el sendero y detalle de la torre circular con la escalera actual.

La visita es perfecta para familias

  • Se puede aparcar junto a la ermita de la Virgen de Obac.
  • Desde allí, solo hay que caminar unos 300 metros hasta la entrada de la fortaleza.
  • La visita completa al castillo dura alrededor de una hora, lo que la hace ideal para familias con niños.
  • En el interior de la torre y en la iglesia de San Esteban se encuentran paneles interpretativos y una maqueta con luces que señalan los castillos de la zona.
  • La subida a la torre es segura, pero las plataformas metálicas tienen pequeños agujeros que dejan ver el suelo y pueden causar vértigo a algunas personas.

Desde lo alto del cadalso, la parte superior de la torre, se disfrutan unas vistas espectaculares de los alrededores. Si el día está despejado, se distinguen otros castillos como Chiriveta, Montañana, Falcés o Benabarre.

Completa tu visita en familia

Al regresar, merece la pena hacer una parada en Benabarre, a unos 15 minutos en coche. Allí podéis tomar un helado en cualquier bar y después dar un paseo por su casco antiguo, que conserva mucho encanto.

Otras rutas para completar la experiencia

Mapa de la ruta

Mapa turístico con el recorrido desde la ermita de la Virgen de Obac al Castillo de Viacamp

Recorrido andando entre el aparcamiento y la fortaleza.

¿Qué pueden aprender los niños en esta ruta?

  • Conocer la historia de la reconquista del siglo XI accediendo a un castillo restaurado.
  • Conocer una ciudad fortaleza como es Benabarre, también de la reconquista del siglo XI.

La visita al Castillo de Viacamp es corta, sencilla y muy visual, perfecta para familias que quieran descubrir la historia de los castillos medievales en Huesca sin grandes esfuerzos. Además, la parada en Benabarre convierte la excursión en una experiencia completa: un plan que combina turismo con niños en Aragón con el atractivo cultural de la Ribagorza medieval.

Esta entrada es parte de las 40 rutas de la Ribagorza Oriental que se pueden encontrar en el blog y descargar la guía.

Contenido desarrollado por el autor con el apoyo de herramientas de redacción asistida.

Daniel Vallés Turmo

Agosto de 2025

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sábado, 16 de agosto de 2025

Cómo mantener el hábito de la reflexión

Persona caminando por un sendero entre árboles al amanecer
Un comienzo en silencio: el camino interior.

Cómo mantener el hábito de la reflexión

Vivimos en un mundo acelerado, lleno de estímulos y cambios constantes. Sin embargo, detenernos a reflexionar no es un lujo, sino una necesidad vital. Esta entrada propone claves sencillas y flexibles para cultivar el hábito de la reflexión en la vida cotidiana.

Introducción

A veces me pregunto qué lugar ocupa hoy la reflexión en nuestra vida. No hablo de un lujo intelectual, sino de ese detenerse un momento para mirar lo que vivimos y darle sentido. Ignacio Ellacuría lo unía a la vida cotidiana desde su teología de la liberación, y San Ignacio de Loyola lo proponía en el discernimiento de cada día.

Sin embargo, nuestro tiempo parece ir en la dirección contraria: globalización, digitalización, inteligencia artificial, miles de estímulos que nos arrastran y apenas nos dejan respirar. Reflexionar se ha convertido en un reto, pero también en una necesidad urgente si no queremos vivir a golpe de reacción.

De ahí surge la idea de una pragmática de la reflexión: no grandes teorías, sino pequeños hábitos que nos ayuden a mantenernos íntegros. Buscar momentos de silencio, escribir, leer, compartir preguntas, conectar con la naturaleza. No se trata de recetas perfectas, sino de recordatorios sencillos de lo que nos mantiene humanos.

Hoy existen distintos caminos: las metodologías de productividad, el mindfulness o la oración. Todos aportan algo, pero quizá el reto sea combinarlos de manera flexible. Y a ellos podemos añadir una cuarta vía: la reflexión en acción. Aprender de lo vivido, dedicar unos minutos al final del día para reconocer lo que hemos aprendido, incluso con ayuda de un diario o de la inteligencia artificial.

Porque, al final, reflexionar no es una carga: es una forma de sostenernos en medio de la rapidez del presente. Un hábito ligero y profundo a la vez, que nos ayuda a seguir construyendo sentido en lo cotidiano.

En la entrada Trazar el camino interior, hablé de la pragmática del camino.


La necesidad de la reflexión

En varias ocasiones me he preguntado qué lugar ocupa la reflexión en nuestra vida diaria. Ignacio Ellacuría, con su teología de la liberación y su insistencia en la realidad histórica, mostró que religión y filosofía podían unirse y que la trascendencia no era algo abstracto, sino una práctica cotidiana. Reflexionar era, en cierto modo, una forma de vivir con sentido.

En este mismo camino, el discernimiento de San Ignacio de Loyola nos recuerda que reflexionar no es un lujo intelectual, sino una forma concreta de examinar los movimientos interiores y de orientar nuestra vida hacia lo esencial.

“Sin reflexión, nuestra vida corre el riesgo de ser solo reacción.”

Hoy, sin embargo, percibo que ese paradigma se debilita. La aceleración de los tiempos, la globalización y la digitalización nos arrastran hacia un ritmo en el que detenerse parece casi imposible. A ello se suma el vértigo del cambio tecnológico, con la teoría del caos como metáfora de un mundo desbordado de estímulos y la inteligencia artificial que multiplica la información y reduce nuestros silencios. En este escenario, la reflexión personal se convierte en un desafío cada vez más complejo.

Una pragmática de la reflexión

De ahí surge la necesidad de una pragmática de la reflexión. No basta con reconocer que pensar nos hace falta: debemos cultivar hábitos que lo hagan posible, aun en medio de la dispersión. Reflexionar es integrar nuestras creencias en la vida diaria, no como un ejercicio esporádico, sino como parte de lo que nos mantiene humanos y nos ayuda a no fragmentarnos.

  • Reservar espacios de silencio y pausa.
  • Usar la tecnología de forma consciente.
  • Recuperar la lectura y la escritura.
  • Compartir nuestras preguntas con otros.
  • Conectar con la naturaleza y lo cotidiano.
“Mantener el hábito de la reflexión es un acto de resistencia y de esperanza.”

La reflexión en tiempos líquidos

En nuestra época aparecen distintas formas de intentar encauzar la reflexión:

  • Productividad: aplicaciones móviles o métodos como el de Covey, que ayudan a organizar la vida pero corren el riesgo de reducir la reflexión a mera gestión.
  • Mindfulness o meditación: centrados en el silencio y el presente, útiles como pausa, aunque a veces sin integrar las preguntas vitales.
  • Oración: tradiciones que orientan la reflexión hacia lo trascendente; enriquecen, aunque a veces limitan la espontaneidad personal.
Infografía: cuatro vías de la reflexión
Cuatro vías de la reflexión: método, silencio, trascendencia y acción.

Cada vía aporta algo: método, silencio, trascendencia. La clave puede estar en combinarlas de manera flexible.

La cuarta vía: la reflexión en acción

Junto a estas tres vías, propongo una cuarta: la reflexión en acción, inspirada en la idea de un camino intermedio que convierte la vida diaria en ocasión de aprendizaje.

  • Dedicar unos minutos a pensar en lo aprendido tras una tarea personal o profesional.
  • Hacer una breve reflexión diaria sobre lo vivido en áreas como lo personal, lo profesional o lo familiar.
  • Usar un diario o bitácora —incluso con apoyo de la IA— para ordenar lo escrito y visualizar avances.

La ventaja de este método es su flexibilidad: se adapta al ritmo de cada persona y transforma lo vivido en fuente constante de crecimiento.

Manos escribiendo en un cuaderno de notas
Diario o bitácora: un aliado sencillo para revisar lo vivido.

La cuarta vía en la práctica

Para empezar, basta con organizar la reflexión en tres grandes áreas y añadir subáreas según lo necesitemos:

  • Personal → salud, hobbies, bienestar.
  • Profesional → proyectos, aprendizajes, retos.
  • Familiar → hijos, vacaciones, cuidado de los mayores.

Empieza simple —un breve repaso del día— y amplía si te resulta útil. La clave es que la reflexión sea una ayuda, no una carga.

Conclusión

Mantener el hábito de la reflexión no consiste en buscar un sistema perfecto, sino en encontrar un modo flexible y humano de aprender de lo que vivimos cada día. Esa puede ser nuestra manera de sostenernos en medio de la rapidez del presente y de seguir construyendo, paso a paso, un camino interior con sentido.

Amanecer con cita inspiradora sobre la reflexión
“Mantener el hábito de la reflexión no consiste en buscar un sistema perfecto, sino en encontrar un modo flexible y humano de aprender de lo que vivimos cada día.”

Contenido desarrollado por el autor con el apoyo de herramientas de redacción asistida.

Daniel Vallés Turmo

Agosto de 2025

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El camino compartido

El camino compartido

En Caminos de Barbastro los senderos no se recorren en soledad. Este recopilatorio reúne historias de caminos compartidos con familiares, amigos y personas que dejaron huella en nuestra memoria.

En estos años del blog Caminos de Barbastro he escrito sobre caminos compartidos con familiares, amigos y personas relevantes en nuestro entorno. Caminos que nos unen a través de la memoria, la amistad y las vivencias compartidas.

Aquí dejo una selección de esas entradas:

📌 Memoria y tradiciones

👩‍👩‍👧 Personas cercanas y queridas

🌄 Recuerdos compartidos

🌟 Homenajes y recuerdos a quienes marcaron un camino

Cada camino compartido es más que un recorrido: es memoria, compañía y huella en la vida. Estos relatos son pequeños fragmentos de lo que hemos vivido juntos y que forman parte del espíritu de Caminos de Barbastro.
Porque al final, lo que permanece no son los lugares, sino las personas con las que los compartimos.

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Daniel Vallés Turmo

Agosto de 2025

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La fiesta de Sarsa de Surta: memoria, reencuentro y tradición cada 15 de agosto

La fiesta de Sarsa de Surta

El 15 de agosto, Sarsa de Surta deja de ser un lugar silencioso para llenarse de pasos, abrazos y conversaciones. Es el único día del año en que los descendientes de esta población nos reencontramos. La jornada comienza con la misa, seguida de una comida que reúne a varias generaciones alrededor de la misma mesa.

Mi relación con Sarsa de Surta es íntima: mi padre nació aquí, en Casa Juan Vallés, como conté en la entrada El Camino del Abandono. No tengo casa en el pueblo; la de mi familia está en ruinas. Aparco junto a sus muros y cada año la vegetación la cubre un poco más, como si quisiera guardarla para sí. Han pasado 40 años desde que visite el pueblo con mi padre Pedro Vallés Villacampa cuando estaba totalmente abandonado.

Casa Juan Vallés, cada año más cubierta por la vegetación.

Este año, el acceso al campanario se ha renovado y he subido hasta lo más alto. Allí, la campana parece vigilar el valle y recordar que, aunque suene poco, sigue viva. El nuevo párroco, Nacho, venía por segunda vez a la fiesta. Y hay un detalle curioso: esta campana viajó en su día hasta Robres, que fue el primer destino donde él ejerció como sacerdote. Años después, regresó a Sarsa de Surta, cuando algunas casas comenzaron a rehacerse. Un objeto que, como nosotros, ha hecho su propio viaje de ida y vuelta.

La campana, otra vez en marcha el día grande.
Recuerdo a los que descansan en Sarsa de Surta.
Este año he visto muchas mejoras en la señalización de las rutas de senderismo que no existían cuando hice la Guía de la Sierra de Guara Oriental.
En la comida hemos sido 88. Antes la preparaban los vecinos; ahora llega con un catering que facilita la organización, pero mantiene intacto el espíritu de compartir. Después llega el guiñote, con su mezcla de risas, rivalidad y juego.
La comida: 88 comensales y muchas conversaciones cruzadas.
Antes de llegar a Sarsa de Surta, hago siempre una parada en Labuerda, el pueblo de mi madre Amparo Turmo Barrabés. Allí visito el cementerio de Labuerda, un gesto sencillo que para mí es una forma de honrar a mi madre y sus padres Antonio Turmo Turmo y María Barrabés Espuña. Desde el camposanto se abre una vista serena del pueblo, con la Peña Montañesa como telón de fondo. Después paseo por sus calles, que guardan todavía la memoria familiar.
Labuerda desde el cementerio

El recorrido se convierte así en un pequeño ritual: salgo de Barbastro hacia Labuerda (53 kilómetros), continúo hasta Sarsa de Surta para la fiesta y, al regresar, tomo la carretera por La Mata. En total son unos 147 kilómetros y alrededor de dos horas y media de viaje. Más que un trayecto, es un camino de recuerdo y de reencuentro. Además de ser el territorio donde vivieron mis antepasados que tantas veces he recorrido, el viejo Sobrarbe.
 

El camino que me lleva a Labuerda y a Sarsa de Surta no es solo un recorrido de kilómetros, sino un viaje hacia mis raíces. Al honrar a mis padres y reencontrarme con quienes compartimos memoria, siento que la vida sigue tejiéndose entre pasado y presente.

Hace cuarenta años recorrí el camino del abandono, cuando aquel mundo se desmoronaba. Hoy, cada 15 de agosto, hago el camino del reencuentro. Mientras algunas casas vuelven a la vida, la de mis padres en la carretera se hunde poco a poco bajo la vegetación, hasta que un día ya no se vea. Es el abandono que avanza cada año, pero también la prueba de que la memoria permanece en nosotros, aunque las piedras desaparezcan.


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Daniel Vallés Turmo

Agosto de 2025

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miércoles, 13 de agosto de 2025

Reflexiones en el camino

Reflexiones en el camino | Montaña, vida y crecimiento personal Montañas al atardecer

Reflexiones en el camino 🌄

La montaña como maestra, el horizonte como espejo

Caminar no siempre significa avanzar sobre un sendero. A veces, la ruta se abre dentro de nosotros: un paisaje interior hecho de preguntas, silencios y descubrimientos. Este blog, que nació siguiendo huellas sobre la tierra, ha aprendido también a seguir huellas en el pensamiento. Aquí reúno esos momentos en los que la montaña se convierte en maestra, el horizonte en espejo y el viaje en una conversación con uno mismo.


Entradas de reflexión 🧭


El camino continúa más allá de estas palabras…
🌄 Nos vemos en la próxima pausa.

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Daniel Vallés Turmo

Agosto de 2025

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martes, 12 de agosto de 2025

Guías de Caminos de Barbastro: más de 400 rutas para descubrir el Altoaragón

📚 Guías de Caminos de Barbastro

Caminos de Barbastro reúne en esta página más de 400 rutas y guías para descubrir la Sierra de Guara, el Somontano, el Sobrarbe, la Ribagorza y la provincia de Huesca. Senderismo, naturaleza, patrimonio y turismo rural en el corazón del Altoaragón, todo en un índice único para que planifiques tu próxima aventura.

Índice de guías agrupadas por zonas y temáticas. Todas las secciones se muestran abiertas por defecto.

Infografía promocional de las guías de Caminos de Barbastro, con mapa estilizado y secciones para Sierra de Guara, Somontano, Sobrarbe, Ribagorza y Provincia de Huesca, sobre fondo granate.
Guías de Caminos de Barbastro – Rutas y exploraciones en el Altoaragón

🏔 Sierra de Guara

🌾 Somontano

🏞 Sobrarbe

Caminar Sobrarbe
Barbastro → Hospital de Parzán
Viejo Sobrarbe
100 rutas

🗻 Ribagorza

🚗 Provincia de Huesca

Otros

lunes, 11 de agosto de 2025

Árrieros del Alto Aragón

🐴 Árrieros del Alto Aragón

El pasado 9 de agosto, en Naval, se presentaron los tres volúmenes de la serie Árrieros del Alto Aragón: Una vida en el camino, El carrusel de la memoria y El tiempo entre herraduras. La coordinación de este ambicioso proyecto, fruto de más de quince años de trabajo e investigación, ha corrido a cargo de Juan Manuel Rodríguez Gómez, con la colaboración de varias personas que hemos aportado capítulos y testimonios.

En mi caso, participo en El carrusel de la memoria con el capítulo 11, titulado “La tartana de Turmo”, que abarca de la página 203 a la 222. Este capítulo reúne dos historias ya publicadas en este blog: La Tartana de Turmo y Las jóvenes del mesón.

Portada del libro El carrusel de la memoria, de la serie Árrieros del Alto Aragón, coordinado por Juan Miguel Rodríguez Gómez. Fotografía de una tartana tirada por mulas en camino rural.
El carrusel de la memoria, coordinado por Juan Miguel Rodríguez Gómez

📜 Memoria de arrieros y caminos

En La Tartana de Turmo rindo homenaje a mi abuelo, Antonio Turmo, que durante ocho años —de 1930 a 1938— sirvió al Sanatorio de Pineta, verano e invierno, transportando víveres y enseres por la montaña. Tras aquella etapa, continuó recorriendo el Alto Aragón como vendedor ambulante, llevando de pueblo en pueblo no solo su mercancía, sino también conversación, noticias y compañía.

Fotografía de Antonio Turmo, arriero del Alto Aragón, que sirvió al Sanatorio de Pineta entre 1930 y 1938 y posteriormente ejerció como vendedor ambulante.
Antonio Turmo Turmo

En Las Jóvenes del Mesón relato la experiencia de dos mujeres, Saturnina y Cruz, que al casarse se hicieron cargo de los mesones de Hoz de Barbastro y Samitier. A través de sus vivencias, se dibuja el día a día de un mesón en la primera mitad del siglo XX: el ir y venir de viajeros, las tareas interminables, el trato con la clientela y el papel fundamental que estos establecimientos desempeñaban como punto de encuentro en la vida rural.

Fotografía de Saturnina y Cruz, mujeres que regentaron los mesones de Hoz de Barbastro y Samitier en la segunda mitad del siglo XX.
Cruz y Saturnina

📚 Facilitar al público el acceso a estos contenidos

En los últimos años se ha producido un cambio generacional en la forma de difundir la historia del Alto Aragón. Hasta hace no tanto, existían unos autores de referencia y gran parte del público adquiría sus libros.

En Caminos de Barbastro, ya en 2012, opté por que todos los contenidos fueran libres y de acceso abierto. La misma filosofía sigue La Ronda de Boltaña, que permite descargar gratuitamente sus canciones. En esa misma línea, esta serie de libros sobre los arrieros tiene como objetivo publicarse en Internet para que cualquiera pueda consultarlos libremente.

Es una manera de acercar estos contenidos a nuevas generaciones que, en su mayoría, no compran libros ni conocen a los autores que, durante la segunda mitad del siglo XX, dedicaron tiempo y esfuerzo a mantener vivo el recuerdo del pasado.

Lamentablemente, muchos de los libros publicados en esa época no llegarán a estar presentes en Internet ni en las fuentes de la inteligencia artificial, al no estar disponibles en formato abierto. Y no siempre se debe a un interés económico de sus autores, sino a un simple desconocimiento sobre cómo se produce y difunde la información hoy en día.


🎵 El papel de La Ronda de Boltaña

La obra cuenta con el apadrinamiento de La Ronda de Boltaña, que ha compuesto para la ocasión la canción En la cruz de las tormentas (El último arriero), un homenaje musical a quienes hicieron del camino su casa y de las herraduras su reloj.

La Ronda de Boltaña es un grupo de gran prestigio en todo Aragón por su capacidad de poner en canciones la sabiduría popular y recoger en ellas la historia de los pueblos y sus acontecimientos a lo largo del siglo XX.

Logotipo del grupo musical La Ronda de Boltaña, conocido por poner en canciones la memoria y la historia de los pueblos del Pirineo aragonés.
La Ronda de Boltaña
Hasta hace poco este papel lo desempeñaba la Diputación Provincial, pero con los cambios de gobiernos todo eso ha cambiado. Ya no es la protectora de la memoria; ahora tenemos que ser los ciudadanos quienes hagamos que esa memoria se mantenga viva.

🐎 La huella de los arrieros

Mapa histórico del Reino de Aragón que muestra rutas, pueblos y comarcas del Alto Aragón en el siglo XVIII.
Mapa antiguo de Aragón

Durante siglos, los arrieros fueron el hilo que cosía pueblos y comarcas, llevando no solo mercancías, sino también noticias, canciones y maneras de entender la vida. Sus pasos, marcados por el ritmo pausado de las caballerías, unían las sierras con los llanos, los mercados con las casas y a las gentes entre sí.

En La tartana de Turmo recupero un fragmento de ese mundo, a través de anécdotas, personajes y escenas que, más allá de su valor histórico, forman parte de un paisaje humano que se resiste a desaparecer. Es, en el fondo, un viaje a la memoria de quienes, sin saberlo, iban tejiendo la historia menuda de nuestra tierra.

Hoy, gracias a este proyecto colectivo y a la música de La Ronda de Boltaña, ese latido antiguo vuelve a escucharse. Y quizás, al pasar página o al oír una estrofa, alguien vuelva a imaginar el sonido de unas herraduras acercándose por el camino.


🎧 Escucha la canción En la cruz de las tormentas (El último arriero)

📚 Este artículo forma parte del proyecto Árrieros del Alto Aragón, dedicado a preservar la memoria y la historia de los caminos, oficios y gentes del Pirineo aragonés.

Contenido desarrollado por el autor con el apoyo de herramientas de redacción asistida.

Daniel Vallés Turmo

Agosto de 2025

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