Biografía
José María Leminyana y Alfaro nació en la calle Muntaner 80 de Barcelona el 3 de diciembre de 1925. Tras el fallecimiento de su padre se traslada a los tres años a Estadilla, de donde procedía la familia.
En 1936 ve el fusilamiento del párroco de Estadilla. Se cree que este hecho decantó su vocación sacerdotal para ingresar en el antiguo seminario de Fonz en 1938, siendo ordenado en 1949.
José María Leminyana (Fotografía Diario del Altoaragón) |
Su primer destino fue Tamarite de Litera, luego Peraltilla, Azara y Azlor. Al pasar estos últimos pueblos a la Diócesis de Huesca, se le destina a San Esteban de Litera donde permanece hasta 1970 siendo a la vez profesor de religión en el Instituto de Binefar. Su siguiente parroquia es la de Mariola en Lleida, labor que compaginaba con su cargo de Delegado Episcopal de Cáritas en el Obispado de Lleida.
Al quedar vacante la parroquia de Roda de Isábena le proponen el puesto a mediados de los años 70. Lejos de verlo como un posible destierro, se enamora profundamente del entorno y allí se queda 30 años..
Muere a los 84 años de edad en el hospital de Barbastro el 18 de diciembre de 2009 tras 4 años de enfermedad que pasó en Estadilla (en la casa de la familia) y en la residencia barbastrense de las Hermanitas de los Desamparados en los últimos meses. Está enterrado en Estadilla.
Cura albañil
Fundador de la Colonia de Obarra. Consolida las parroquias de El Soler, Torrelabad, Monte de Roda, Puebla de Roda y Serraduy. Realiza obras en la Catedral de Roda de Isábena, a la que dedicó su mayor tiempo, y en ermitas, como es el caso de la Virgen de la Faja. Quedo sin hacer su proyecto museístico en lo que fue la enfermería en uno de los lados del claustro.
Liderazgo
Facilitador del proceso desegregación de las parroquias oscenses pertenecientes a la diócesis de Lleida. Es en el comedor de Casa El Peix de Serraduy donde tiene lugar una comida el 5 de abril de 1978 que inicia el proceso que dura casi 20 años.
Más tarde, se erigiría en uno de los primeros y mayores defensores del regreso de los bienes procedentes de las parroquias aragonesas segregadas de la diócesis de Lleida
En el año 2003 celebró en el jardín de Casa Peix de Serraduy el fallecimiento de mi tía Amalia. Había cientos de personas y su discurso y presencia tenía liderazgo espiritual, social y personal en todo el valle del Isábena.
Saqueo de la Catedral
La noche del 6 al 7 de diciembre de 1979, se saqueaba la antigua catedral perdiendo gran parte de sus bienes; el responsable fue René Alphonse Van Den Berghe, más conocido por Erik el Belga Erik era detenido poco tiempo después y trasladado a la cárcel Modelo de Barcelona. Le dolió mucho este acontecimiento.
Desde allí se puso en contacto con Leminyana y quiso tener una reunió con él en 1082 que no fue aceptada. Finalmente, se ven en Málaga en 1993 con el objetivo de posibilitar las obras robadas. Actualmente se ha recuperado aproximadamente un 30% de lo robado.
Méritos
En 1988, medalla de San Jorge del Gobierno de Aragón por su labor de la lucha a favor de que las parroquias del Aragón oriental se segregaran de Lleida.
En 2001 se le otorga la encomienda de Alfonso X el Sabio en reconocimiento a la labor efectuada en la reconstrucción y restauración del patrimonio aragonés.
Imposición Cruz de Alfonso X el Sabio |
En 2008 la Real Academia de Bellas Artes de San Luis le nombra académico de honor.
San Valero
Roda de Isábena conserva varias reliquias del santo obispo de Zaragoza cuya memoria es objeto de una intensa veneración en esta parte de Ribagorza el 29 de enero. Los restos de San Valero llegaron a Roda en el siglo XI, cuando tocaba a su fin la dominación musulmana sobre la zona cercana. El obispo rotense encontró en la localidad de Estada los que reconoció como los huesos del santo y los trasladó a su catedral, donde se veneraron desde entonces hasta que, tras la reconquista de Zaragoza, parte de los venerables restos fueron trasladados a la capital aragonesa. Todavía hoy en Roda una hornacina construida en la cripta catedralicia acoge las reliquias que se preservan aquí del santo.
Cripta con las reliquias de San Ramón y San Valero |
Una veneración que se ha incrementado, si cabe, desde que en la década de los ochenta del pasado siglo un grupo de fieles zaragozanos provenientes de la parroquia de Santa Ana empezaron a compartir con los vecinos rotenses esta jornada festiva.
De la mano del ya fallecido sacerdote Antonio Flecha y del canónigo, escritor y periodista Juan Antonio Gracia, las expediciones zaragozanas surgieron al hilo de la reivindicación por una delimitación de las diócesis acorde con las fronteras políticas y la integración de las parroquias del Aragón oriental, entonces dependientes de Lleida, en obispados aragoneses.
El que era párroco rotense, José María Leminaya, fue una de las cabezas más visibles de este movimiento y las visitas de los fieles zaragozanos adquirieron en esos momentos un simbólico valor de apoyo y refrendo de la reclamación.
Tras la inclusión de estas parroquias en el refundado obispado de Barbastro-Monzón, la peregrinación zaragozana a Roda se mantuvo ya en un orden de hermanamiento entre dos poblaciones vinculadas por la huella de San Valero. Pero, posiblemente, este año 2019 ha sido el último año en que la peregrinación se realice de una forma regular ya que la edad de muchos de los participantes no garantiza su continuidad.
Juan Antonio Gracia, en esta última convocatoria, rindió un sencillo homenaje a José María Lemiñana en el año que se cumple una década de su fallecimiento. Se leyeron diversos textos del cardenal Juan José Omella, del obispo Alfonso Millán, del ex presidente de Aragón Marcelino Iglesias, del abogado Juan Antonio Cremades o del propio Juan Antonio Gracia, personas todas ellas que tuvieron una estrecha relación con Leminaya en diferentes momentos de su vida y sacerdocio.
Celebración del homenaje a José María Laminaya |
Tras el homenaje tuvo lugar la celebración de una ceremonia eucarística dedicada a san Valero en la catedral de San Vicente, a cuya conclusión se inició una solemne procesión por el claustro catedralicio en la que los asistentes sacaron en andas la arqueta que contiene los restos del santo.
Arca con las reliquias de San Valero |
Luego, una posterior comida de hermandad en el refectorio catedralicio que sirvió para mantener los vínculos de amistad y cercanía entre los presentes. Hubo reparto de los clásicos roscones. Nos fuimos con una suave nevada que cubrió la plaza de la catedral.
Catedral de Roda de Isábena |
En el blog se puede consultar y descargar la guía que hice sobre el Camino de Destierro de San Ramón. (pinchar enlace)
En la entrada Caminos de Vida podemos conocer otras historias.
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Daniel Vallés Turmo, 30 de enero de 2019