miércoles, 16 de julio de 2025

Barbastro, lugares para reflexionar

En el año 2009 me dejó mi madre, tras trece años de cuidarla. Tuve que hacer el duelo, y en ese proceso descubrí que Barbastro cuenta con varios lugares que invitan a la reflexión.

Lo primero que hice fue adoptar a “Pequeñajo”, un peluche que convertí en símbolo de su recuerdo. A día de hoy, sigue teniendo su lugar.

Pequeñajo

El Pueyo.

Sin duda, El Pueyo es el lugar que lleva a muchos barbastrenses —y vecinos de la comarca— a la reflexión. Su templo, junto con el paisaje que lo rodea en todas direcciones, lo convierte en un espacio único. He pasado muchas horas allí, buscando calma y sentido.

En su momento escribí un pequeño libro titulado El Pueyo, con el propósito de relajar la mente.

El Pueyo

📜 AnécdotaPedro Casaldáliga , poeta y reconocido obispo claretiano vinculado a la teología de la liberación en Brasil, recuerda su paso por el Monasterio del Pueyo en su libro de 1975 Yo creo en la Justicia y en la Esperanza

Medio año después, en 1961 —después de tres años de ministerio en Barcelona—, con el billete de la Iberia ya sacado para regresar a la Guinea, me llegó «el destino », en viraje redondo, de Prefecto del Seminario Claretiano de Barbastro. Había de coger la Renfe, la «Burreta» en el último tramo del trayecto, y pasaría a ser el responsable de los seminaristas claretianos de Humanidades superiores, en aquel rincón de Huesca, casi en la falda del Pirineo Aragonés, al socaire de «El Pueyo» de los olivares y los almendros de Nuestra Señora, bajo las sombras aún presentes de los cincuenta y tantos mártires hermanos del 36...


La Catedral.

La catedral de Barbastro impacta por su techo estrellado, que surge de las columnas como si se tratara de una palma abierta. Invita a mirar hacia arriba, hacia el cielo. También aquí he pasado muchas horas contemplando en silencio.

Estrellado de la catedral de Barbastro

📜 AnécdotaAntoni Gaudí visitó la catedral de Barbastro para inspirarse en la creación de la Sagrada Familia, especialmente por su techo basado en formas naturales, como palmas que se abren hacia la luz.

En una capilla de encuentra el Pantocrator de Vio que nos hace retornar al siglo XII por su majestuosidad. Está en un espacio cerrado y silencioso, con una atmósfera muy especial.

Pantocrator de Vio

Cementerio

En el cementerio se encuentra la portada de la iglesia de Santa Fé que estaba en el actual barrio de San Juan, junto al río Vero. En ella destaca un capitel dedicado a la Resurrección de Jesús donde falta uno de los ángeles sentados sobre la tumba. Como se encuentra junto a mi casa, suelo ir con frecuencia y miro este capitel.

Capitel Iglesia de Santa Fé

 📜 Anécdota: La iglesia de Santa Fe se hizo sobre las ruinas de la segunda mezquita de Barbastro. Tiene este nombre porque es la Virgen al que está dedicado el monasterio francés de Conques que financió la reconquista de la ciudad.


El río Vero.

Junto a la pasarela peatonal que conecta con el barrio de San Juan hay un sendero que nos acerca a la parte no canalizada del río Vero. Es un rincón en pleno corazón de Barbastro donde uno se siente en plena naturaleza. Se oye el rumor del agua y el canto de los pájaros.

Cascada en el río Vero en Barbastro

 📜 AnécdotaLa cascada que aparece en la fotografía está justo en el lugar donde, de niños, íbamos a bañarnos. Había una poza y la llamábamos La Mininguera.


Reflexionar en Barbastro

Cada uno de estos lugares ha sido, en momentos distintos de mi vida, un refugio. No solo para recordar, sino para reencontrarme conmigo mismo, para hacer las paces con el pasado y mirar hacia adelante con serenidad. Barbastro no solo es mi ciudad: es un espacio lleno de rincones donde el alma encuentra silencio, consuelo y sentido.

Si alguna vez necesitas parar, respirar o simplemente estar contigo mismo, quizás alguno de estos sitios también te acompañe. Porque hay ciudades que se viven... y otras que, como Barbastro, también se sienten.

“La contemplación es un grito silencioso de amor.”
— Pedro Casaldáliga

Daniel Vallés Turmo

Julio de 2025