Embalse de El Grado: nivel actual, fotos y recorrido por el embalse semivacío
Según los datos del SAIH Ebro, el nivel del embalse se sitúa actualmente en 415,30 metros sobre el nivel del mar. La cota del cauce está a 365 metros, por lo que todavía quedan 50,3 metros de columna de agua hasta el fondo. Aun así, el aspecto visual es impresionante: orillas retiradas, barrancos descubiertos, entradas de afluentes totalmente secas y laderas que hacía décadas que no veían la luz. El embalse hoy se encontraba al 24 % de su capacidad, con 98 hectómetros cúbicos almacenados, frente a una capacidad total de 400 hectómetros cúbicos.
1. La cola del embalse: Entremón
Mi primera parada ha sido en Entremón, la cola del embalse. Allí el vacío es absoluto: playas de arcilla, antiguas terrazas agrícolas y pequeñas balsas aisladas que quedan como último testimonio del agua que hasta hace poco llenaba este tramo estrecho del Cinca.
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| Entremón hacia el sur |
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| Entremón |
En mi entrada antigua del blog (Entremón con el embalse lleno) puede verse cómo lucía este mismo lugar en época de máxima capacidad. Comparar ambas imágenes es entender de un golpe el alcance de la bajada.
2. Ligüerre: mirando al norte y al sur
La siguiente parada ha sido Ligüerre. Desde aquí la imagen cambia: el embalse gana amplitud, pero la lámina de agua se ha retirado hasta dejar a la vista largos tramos de orilla que normalmente permanecen sumergidos.
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| Ligüerre hacia el norte |
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| Ligüerre |
Caminar por estas zonas ahora secas produce una sensación doble: por un lado, la oportunidad de ver la geología y las formas del valle; por otro, la inquietud de comprobar cuánto se ha retirado el agua.
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| Ligüerre hacia el sur |
3. Mipanas: el embalse retraído
Desde Mipanas la perspectiva vuelve a cambiar. La visión hacia el norte muestra un embalse estrechado, casi convertido en un río ancho. Las antiguas curvas de nivel se dibujan sobre las laderas como cicatrices.
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| Mipanas hacia el norte |
4. Frente a Torreciudad: la entrada del Llastre, completamente seca
Me acerco después a las inmediaciones de Torreciudad. Aquí esperaba encontrar más agua, pero la entrada del río Llastre está totalmente vacía. Donde antes desembocaba un pequeño brazo de agua, ahora aparece un cauce amplio y sin rastro de humedad.
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| Río Llastre |
La vista hacia Torreciudad se vuelve aún más llamativa. La imagen del santuario, normalmente reflejado en la lámina azul del embalse, aparece ahora sobre un paisaje todavía con agua, pero muy menguada.
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| Torreciudad |
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| Torreciudad hacia el sur |
5. Llegando a la presa
Finalmente he llegado a la presa de El Grado. Y aquí la bajada se aprecia de forma contundente: la salida hacia el Canal del Cinca aparece ya muy por encima del nivel del agua, completamente inaccesible.
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| Presa de El Grado |
Mirando desde la presa hacia Torreciudad, la imagen es sorprendente: un embalse lleno de aire, un paisaje inmenso que normalmente solo intuimos bajo la superficie del agua.
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| De la presa hacia Torreciudad |
Reflexión final
Recorrer el embalse casi vacío es una experiencia que sobrecoge. Conocer los datos ayuda, pero ver el territorio desnudo, tramo a tramo, transforma la percepción del agua que consumimos, del clima que cambia y de lo que significa un embalse en la vida de nuestra comarca.
Quizá este episodio sirva también para recordar algo esencial: que el agua es un recurso finito, compartido y profundamente ligado a la identidad del Somontano. Cada bajada extrema es una llamada de atención que conviene escuchar. En este caso, el bajo nivel se debe a un tema de mantenimiento, no de sequía.
Contenido desarrollado por el autor con el apoyo de herramientas de redacción asistida.
Daniel Vallés Turmo
Noviembre de 2025
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