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jueves, 12 de diciembre de 2019

El último recolector

Esta entrada forma parte de la serie Caminos de Vida.

Hasta hace unos años todos los días de la semana, salvo lo domingos, los hortelanos y vecinos de Barbastro iban a “negociar” sus productos. No podían poner los precios porque no era una actividad económica, sino un derecho de siglos que habían adquirido. Se “recateaba”. Recuerdo ver a mi padre cómo lo hacía.


Puesto recolector en la plaza de Barbastro

Cuando en el año 1100 Pedro I conquista Barbastro, nuestros antepasados le pidieron ser ciudadanos libres y poder disponer de un mercado. Posteriormente, se fueron adquiriendo derechos, hasta convertirse en la ciudad comercial que es hoy. Está en el ADN de los ciudadanos de Barbastro el espíritu comercial.

De niño era ver normal ver aves de caza en las tiendas de Aurelio y el Vero colgadas a la puerta. Entonces no estaban prohibidos los cepos. Se comían muchos pájaros y también se iba a “espigar” (recoger el trigo que las cosechadoras no habían recolectado). También las almendras y las olivas que se habían quedado en los árboles o en el suelo.

Mi padre fue al servicio militar en 1942 y no había comida en el cuartel. Así, que tenían que ir a buscar la comida trabajando en la zona. Mi padre cazaba unos 6 conejos diarios y los llevaba al cuartel. Esto no es un chiste de Gila, es real.

Actualmente la única actividad recolectora masiva es la recogida de setas, pero en nuestro ADN, también, seguimos siendo recolectores. En mis guías de senderismo siempre he enseñado aquellos pasos por los riscos que utilizaron nuestros antepasados para alcorzar. Hoy estos pasos son muy peligrosos porque hace decenas de años que no se transitan, pero es necesario que sean conocidos para ver cómo era aquella vida.

Setas recolectadas

El mercado de hortelanos y recolectores ha ido perdiendo fuerza por el envejecimiento de la población (muchas huertas ya no se cultivan), por las normativas municipales que impiden que se pueda ir todos los días, y por las normativas sanitarias (como es el caso de lo caracoles), que hace que únicamente se puedan vender los que vienen de granjas.

Los sábados, todavía se puede ver un mercado vivo en Barbastro, pero ya no es lo que era cuando yo era niño y había decenas de hortelanos locales que daban un ambiente muy especial y entrañable.
Hoy una escultura de bronce del artista barbastrense José Noguero, afincado en Berlín, recuerda ese tiempo.

Lo que cuesta entender es que en el otro lado de la frontera si se puedan comercializar productos recolectados y realizados por los productores que aquí no es posible. Da gusto ver los mercados de sus pueblos.

En la ciudad queda un último recolector. No quiero poner su nombre ni foto para no “comprometerlo”. Me encanta verlo en mi paseos por el monte venir con productos que ha recolectado, como son las moras y las setas.

Moras recolectadas

A veces, me dice, tiene que andar mucho para no encontrar casi nada. Así, lo hicieron nuestros pasadas generaciones que no compraban ni en lo supermercados (que no existían), ni llevaban bolsas de plástico.

Las falsas de Barbastro estaban habitadas por conejos y gallinas. Amanecías con el canto de los gallos. Mi abuelo Antonio iba por las márgenes de los campos para cortar hierba para dar de comer a los conejos.

Este artículo no quiere ser “nostálgico” sino hacer ver que nuestra actividad económica se sustenta sobre “hombros de gigantes”. Quiero decir, sobre la tradición de nuestros antepasados. Y por eso es necesario conocer cómo era su modo de vida.

La modernidad sin raíces es como la casa de arcilla del cuento de Los Tres Cerditos, que se deshizo con la primera ráfaga de viento. Hay una parábola del evangelio que nos enseña la misma lección que el cuento.

Ahora estoy conociendo a fondo la actividad económica milenaria de la Hoya y Somontano de Huesca. No existió Huesca, sin la árabe Waska, sin la romana Osca, sin la íbera Bolskan y sin las culturas anteriores que podemos ver en lo que fue la cueva de Chaves.

En su momento Bolskan fue de las ciudades de la época que más moneda acuñó, sobre todo en bronce, debido a las minas cercanas a la ciudad y a una industria del manejo de los metales que ya venía de antes.

De nuevo, lo vuelvo a repetir, el ADN de la sociedad está en ese pasado. Vale la pena visitar el Museo de Huesca con esta mirada y realizar las rutas de mi blog Caminos de Barbastro que quiere dar un toque histórico al senderismo, andar la historia.

Hace unos años visité los mejores museos de la ciencia de Europa, algo que aconsejo. Pero, también es necesario conocer nuestra historia económica tradicional, porque en nuestro cerebro todavía está más presente lo segundo que lo primero.

Y todavía, aún más presente, ese humano recolector que aprendió a comer y vestirse con lo que encontraba en su en torno, creando una cultura que ha ido desarrollándose.

Este artículo forma parte de la serie Caminos de Vida

Daniel Vallés Turmo, 12 de diciembre de 2019

Me lo encuentro esperando para coger setas con las cestas y las cajas.

Cestas para recoger setas, Barbastro

Le pregunto por la navaja que lleva. Es una de "hueso" fabricada por Pallarés de Solsona. Mi padre también usaba esta misma.


Navaja de "hueso" fabricada por Pallarés de Solsona

Daniel Vallés Turmo, 19 de octubre de 2020


lunes, 25 de noviembre de 2019

Poncio, primer obispo de Barbastro

Esta entrada forma parte de la serie Caminos de Vida.

Eboncio, también conocido como Ebón, Ponce o Poncio de Serrancolin, fue obispo de Roda-Barbastro (1097-1104). Es venerado como santo por la iglesia católica.


San Poncio
Nacido en Sarrancolin (condado de Comminges, Francia), fue benedictino y abad en el monasterio de Santa Fe de Conques antes de aceptar la sede de Roda de Isábena, donde sucedió como obispo a Lope.
Anteriormente ejercía de visitador de los monasterios de Aragón y de Navarra cuando, en 1097, fue promovido a la Sede Episcopal de Roda de Isábena.
Durante el asedio a Barbastro el rey Pedro I lo mandó a Roma para pedirle el traslado de la diócesis de Roda a Barbastro. Obtuvo la bula pontificia pertinente en Letrán seis meses antes de la conquista de la ciudad. 
En 1101, ya conquistada la ciudad, consagró la mezquita como catedral en honor de Santa María el 5 de mayo de 1101 y trasladó allí la sede.
Muere el 12 de setiembre de 1104 tras visitar a su amigo Bertrand, obispo de Comminges. Como monje benedictino, tenía que ser enterrado en tierra benedictina, siendo la abadía de Sarrancolín la más próxima.

Relicario de San Poncio

La iglesia de Sain Ébons está datada del siglo XI-XII, con un origen previo romano. Era un monasterio benedictino que pertenecía a la abadía de Conques.
Iglesia de Sarrancolín

Es considerado patrono de Sarrancolín en el siglo XVIII. Es célebre su milagro en mayo de 1650, cuando se desborda el río Neste (en una época de intensa explotación forestal). Entonces, numerosos troncos crean una presa en el puente, que posibilita una inundación.
Dibujo del puente antiguo de Sarrancolín

Se llevan los restos del santo hasta el río, dejando de llover y se salva e pueblo.
Puente nuevo de Sarrancolín

Junto a la iglesia nos encontramos un panel del la ruta GR-155 que va a España por el puerto de Ordiceto (donde enlaza con la GR-11), teniendo como soporte el refugio de Riomajou.
GR- 155

La toma de Barbastro se hace por el Valle de Arán. Pero, desde Roda de Isábena había otra ruta para ir a Francia a través del Valle de Benasque. Junto a Eriste nos encontramos la ermita de Conques, que nos habla de que fue utilizado este paso por sus monjes.
Este camino se puede realizar, aunque únicamente está señalizado en el valle de Benasque.
Guía del camino por el valle de Benasque
Daniel Vallés Turmo, 25 de noviembre de 2019

martes, 3 de julio de 2018

Vidas que son camino

A lo largo de los años del blog siempre he tenido predilección por los caminos vividos por personas y a la vez sentir que los caminos están repletos de vida de las personas que durante cientos de años han pasado por ellos, a la vez que se han conformado esos laboriosos muros de piedra. Es una forma de dar significado a los caminos.

Camino entre Lecina y Almazorre
  1. Trabajadores de Ligüerre a Mediano, Entremón a Ligüerre
  2. Cabañas, pastores y perros, Cabañera del Cinca
  3. Obispo San Ramón de Roda, Camino de San Ramón
  4. Judíos de Monclús en 1320Castillo y judería Monclús
  5. Antonio Turmo Turmo, La tartana de Turmo
  6. María Barrabés Espuña, El camino de la vida
  7. Amparo Turmo BarrabésEl camino de la Sierra  
  8. Pedro Vallés VillacampaEl camino del abandono
  9. Mosén MedardoCamino Mosén Medardo
  10. Saturnina Ciprés y Cruz PardinaLas jóvenes del Mesón
  11. Jesús GrasaLas casas de Escapa
  12. José María Turmo BarrábésEl camión del Peix
  13. AntepasadosNuestra Prehistoria
  14. Vecinos Castejón de SobrarbeRomería de San Hipólito
  15. Monte Cillas y Cueva ForadadaNuestra época visigoda
  16. José NogueroEl Turronero de Ainsa
  17. José María Laminaya, Cura albañil y líder social
  18. Santas Nunilo y Alodia, Santas martirizadas en el siglo IX
  19. San Úrbez, Pastor eremita
  20. Bodega OscaVinateros del Somontano
  21. Molineros, Molinos de Olsón
  22. Guardia abandonada y quemadaPueblos
  23. David Gómez SamitierNaturista y fotógrafo
  24. Las Fronteras, Ermita de la Virgen de la Sierra
  25. La emigración, Tú a Sarsa, yo a Silves
  26. Poncio, primer obispo de BarbastroLa reconquista
  27. El último recolectorEl mercado
  28. Montañeros de Aragón de Barbastro70 aniversario
  29. José Cardús LLanas, Ginecólogo y Excursionista
  30. San Valero, Desterrado en Enate y reliquias en Roda
  31. Canfranero, Estación Internacional de Canfranc
  32. Huesca a Canfranc, Un trazado histórico
  33. Martas, Chema y Romain, Yo tenía un hotel
  34. El Yeti de Guara, Por si acaso
  35. Isabel Girón Turmo, Por sus valores
  36. Seguridad, Media Montaña
  37. El coche, Regresar a Casa
  38. App Mapas de España, Seguridad en montaña
  39. José María Cabrero Bastarás, El alma de Guara
  40. Ángel Cheliz y Jesús Solano, Abrir los caminos de los pueblos de Muro de Roda
  41. Nuestra memoria, En un hilo
  42. GR 17 Camino de Santiago de la Ribagorza, Nuestro camino de Santiago
  43. El accidente, El Ángel de la Guardia
  44. Arboles milenarios La Carrasca de Lecina
  45. Banco de Alimentos El camino de la solidaridad

Daniel Vallés Turmo,